El motor Pireoloforo funciona con el calor y el aire, como su nombre lo indica. Efectivamente, su etimología asocia “pir” (el fuego) con “Eolo” (el viento) con la producción (“foro”). Entre los intentos hechos para desarrollar el movimiento del calor y del aire atmosférico, conviene mencionar lo de los dos hermanos Niépce, Nicéphore y Claude. Contemporáneos de la revolución industrial, que abre la época de la extracción minera, su invención del motor pireoloforo permitió mover un barco a contracorriente por el Saône en 1794. La propulsión está asegurada gracias a la aspiración y al reflujo del agua.
El motor funciona así: hay un cilindro provisto de un pistón, en el que el aire es introducido a la densidad normal. Luego, se inserta un material muy combustible, que queda un tiempo suspendido en el aire. Después, una llama provoca una explosión, actuando sobre el pistón. Al final, el aire es renovado y la operación se repite. Se trata ciertamente del primer motor de combustión interna, que inspiró otros motores, como el del ingeniero Rudolf Diesel.
El 20 julio de 1807, el emperador Napoleón ofrece a los hermanos Niépce una patente de diez años, durante los cuales ellos experimentan el combustible. Primero, los hermanos utilizan un polvo formado por las esporas de una planta, el licopodio. Como eso está demasiado oneroso, ellos lo sustituyen después con carbón mezclado con resina.
Posteriormente, Claude trabaja sobre un sistema de inyección de petróleo lampante. En primer lugar lo vaporiza, luego, al final, inflama el líquido en frío. Cuanto más la cuantidad de petróleo lampante es pequeña, tanto más la explosión es potente. Es la combinación perfecta entre el rendimiento y la economía. Sadi Carnot, en 1824, rinde homenaje al motor, pero parece ignorar los años de experimentación después de la patente.
Ver el excelente vídeo explicativo sobre el motor de los hermanos Niépce.