El efecto Magnus

En 1852, el físico alemán Heinrich Gustav Magnus descubre un efecto de presión del aire sobre los objetos en rotación. Cuando un objeto está sometido al efecto llamado Magnus, su rotación ocasiona un aumento de la velocidad del aire (y una disminución de su presión) por un lado, y una disminución de esta velocidad (con un aumento de la presión) por otro lado del objeto. Esta diferenciación de presión desvía la trayectoria del objeto, lo que la hace utilizable en los sistemas de propulsión, por los transportes.

El ingeniero alemán Anton Flettner es el primer a usar el efecto Magnus en la propulsión del barco Buckau, rebautizado como Baden-Baden. Dos cilindros verticales en rotación permiten de propulsar el barco hacia adelante en caso de vientos fuertes.