
En 1913, Frank Shuman, construyó la primera central termosolar del mundo en Maadi, Egipto (1912-1913). La planta de Shuman utilizaba parábolas solares para alimentar un motor de 60 a 70 caballos de fuerza que bombeaba 6000 galones de agua por minuto del río Nilo, para irrigar algunos campos adyacentes de algodón. Su sistema comprendía una serie de mejoras tecnológicas, incluyendo placas de absorción con dos paneles separados por un espacio de aire de 1 pulgada de distancia. A pesar de que el estallido de la Primera Guerra Mundial y el descubrimiento de reservas de petróleo en 1930 ralentizaron la tecnología solar, la visión de Shuman empezó a renacer en los años 1970, con una nueva ola de interés por los concentradores termosolares. En el año 2008, Roman Keller y Cristina Hemauer exhumaron la instalación de Shuman a través de la exposición «No1 Sun Engine».