En 1880, Trouvé mejora la eficacia de un pequeño motor eléctrico desarrollado por Siemens. Al alimentarlo con un acumulador de nuevo tipo y montarlo sobre un triciclo de la marca inglesa Starley, crea el primer vehículo eléctrico del mundo. Aunque había realizado con éxito las pruebas, el 19 de abril de 1881 en la calle de Valois, en el mismo centro de Paris, Trouvé no consigue patentarlo. Con el propósito de facilitar el transporte del sistema de propulsión entre su taller y el río Sena, Trouvé lo hace portátil y amovible, inventando así el motor fueraborda. El 26 de mayo de 1881 el prototipo, de 5 metros de largo, construido por Trouvé y bautizado «El Teléfono » alcanza la velocidad de 1 metro/segundo (3,6 km/h) corriente arriba, y 2,5 metros/segundo (9 km/h) corriente abajo. Trouvé expone su lancha (pero no su triciclo) y sus instrumentos médico-eléctricos en la Exposición Internacional de Electricidad de París. Poco tiempo después es condecorado con la Legión de Honor. Agradecimientos a Kevin Desmond, autor del libro sobre Gustave Trouvé.
Paléo-Energétique
Réinventer l'Histoire de L'énergie